jueves, 14 de abril de 2011

UN CAMBIO INEVITABLE EN NUESTRA CONCEPCIÓN DE AUTOR

La aparición de las nuevas tecnologías, y más concretamente de Internet, está cambiando progresivamente la noción que teníamos de autor y lector. En el mundo virtual y artificial que se nos ofrece en la actualidad, tenemos acceso a una inmensidad de información, textos y escritos que manejamos y modificamos a nuestro antojo, sin tener apenas en consideración la autoría de los mismos. Los derechos de propiedad intelectual están entrando así en una crisis profunda.

Del mismo modo, está resurgiendo con más fuerza que nunca la literatura colaborativa. Si bien ya mostraron un considerable interés por las obras grupales en siglos anteriores, en el siglo XXI esta forma de trabajo ya es una realidad patente. El formato wiki, los blogs, etc. son algunas de las formas en que esta autoría compartida se está manifestando. Nos situamos ante obras abiertas, donde el lector puede pasar a ser, si lo desea, una figura más activa. Y con ello, los roles del escritor y el lector se mezclan…

Por si a alguien le apetece probar la experiencia de escribir una obra en conjunto, he encontrado un par de sitios en Internet que tienen precisamente este objetivo:

http://www.calibreocho.com

http://www.relatame.com

miércoles, 13 de abril de 2011

UN NUEVO ESPACIO PARA LA CREACIÓN

Es evidente que el soporte digital consigue traspasar fronteras anteriormente inimaginables. La capacidad de almacenar infinidad de textos en un pequeño artefacto o la posibilidad de tener acceso a estos textos desde cualquier lugar, son algunas propiedades que hacen de los libros electrónicos un nuevo invento apreciado por muchos.

No obstante, sin pretensión de discutir estas ventajas, no creo que la deslocalización y capacidad de almacenamiento sean las características más importantes que debieran de hacer al ebook más interesante que los libros impresos. Creo que es necesario un nuevo lenguaje y nuevas normas de interacción, para que el libro electrónico pueda adquirir un verdadero valor añadido. Ha de convertirse en un nuevo espacio para la creación, en una nueva forma de narrar historias y transmitir ideas, donde no sólo quepan las palabras, sino que imágenes y sonidos sean igualmente protagonistas. Se necesitan nuevos creadores y artistas capaces de expresarse correctamente y de cautivar a través de este espacio a nuevos lectores dispuestos a aprender el idioma.

Con todo ello, queda patente que el paso del libro secular al libro digital no supone simplemente un cambio de soporte, sino que implica la adopción de un nuevo lenguaje, completamente diferente del utilizado hasta ahora. Un lenguaje con el que no todos disfrutan por igual y que poco a poco se irá asentando y tomando forma.

martes, 12 de abril de 2011

LA OBSOLESCENCIA EN LA SOCIEDAD DE LA INNOVACIÓN

Lo viejo ha de perecer para dar paso a lo nuevo. Este es el precepto que rige hoy en día nuestras vidas, hasta tal punto que prácticamente hemos perdido toda capacidad de elección. No nos compramos un nuevo lector de DVD porque el de VHS nos dejara de funcionar, sino porque si queríamos seguir disfrutando de cine original en casa, no teníamos mucha más elección. De la misma forma tendremos que deshacernos de este formato, para dar paso a otro nuevo que se convertirá en el modelo estándar utilizado por todos.

La sociedad de la innovación en la que nos encontramos, nos conduce así a una vertiginosa situación donde el consumo se convierte en motor principal del propio sistema en que vivimos. Un sistema económico que se alimenta en un 60% del consumo que generamos y en el que la tecnología constituye, en estos últimos tiempos, un porcentaje de lo más alto. Ya no es sólo que lo viejo haya dejado de gustar o funcionar, sino que ya no produce tantos ingresos como se deseara...Y al ciudadano cada vez le resulta más dificil escapar a este sistema de obsolescencia que le ha sido programado.

A pesar de esta mirada crítica hacia el sistema de mercado al que nos conduce la sociedad de la innovación, querría sacar a relucir la cara más esperanzadora de esta realidad de la que no tiene sentido alguno tratar de escapar. Nos encontramos en un momento en el que ya no nos conformamos con la certeza que nos ofrecía nuestro pasado y optamos por vivir en la incertidumbre que nos presenta el futuro a través de la innovación. Estamos dispuestos a correr riesgos, porque de alguna forma somos conscientes del sinfín de posibilidades que todas estas nuevas tecnologías nos brindan a cada paso. Y es que al fin y al cabo, la tecnología es un camino hacia el conocimiento, pues es cauce y punto de unión de infinitas ideas que bien pueden encaminarnos hacia el progreso, hacia ese futuro incierto del que no apartamos la vista…

lunes, 11 de abril de 2011

HACIA UNA CULTURA DE "CEROS Y UNOS"

La cultura es una creación del hombre para situarse de alguna forma ante el mundo y contemplarlo. Esta afirmación me conduce a pensar que no hay otro camino para la cultura que el de adaptarse a los tiempos modernos y a nuestras nuevas invenciones tecnológicas. Puesto que la cultura es nuestra ventana al mundo, no puede desligarse de lo digital que ya forma tan parte de nuestra cotidianeidad, como la realidad misma.

Es difícil hablar de cultura digital, puesto que todavía nos encontramos en el comienzo de esta nueva etapa revolucionaria. A muchos les asusta tan sólo escuchar la palabra digital, y aún más si esta va asociada a la cultura. Es un miedo comprensible, teniendo en cuenta que el grado de alfabetización digital no es tan elevado como debería de serlo si de ello depende la democratización de la cultura. Este es probablemente el principal problema de que esta crisis o cambio se convierta en catástrofe para un sector importante de la población, que siente estar perdiendo lo que ya tenía consigo y ve inalcanzable lo que se le propone. Y en este punto es donde la educación debería de profundizar hasta lograr que todos nos sintiésemos seguros ante este nuevo mediador de nosotros con el mundo, que a su vez, es en sí mismo cultura.

Si la educación consiguiese hacer bien su papel, no habría nada que temer. La tecnología dejaría de ser una caja negra y se convertiría, en lo que ya es para algunos, un puente hacia la información y el conocimiento. Un camino hacia la transformación de la sociedad, con un lenguaje y unas normas renovadas…