lunes, 9 de mayo de 2011
jueves, 14 de abril de 2011
UN CAMBIO INEVITABLE EN NUESTRA CONCEPCIÓN DE AUTOR
Del mismo modo, está resurgiendo con más fuerza que nunca la literatura colaborativa. Si bien ya mostraron un considerable interés por las obras grupales en siglos anteriores, en el siglo XXI esta forma de trabajo ya es una realidad patente. El formato wiki, los blogs, etc. son algunas de las formas en que esta autoría compartida se está manifestando. Nos situamos ante obras abiertas, donde el lector puede pasar a ser, si lo desea, una figura más activa. Y con ello, los roles del escritor y el lector se mezclan…
Por si a alguien le apetece probar la experiencia de escribir una obra en conjunto, he encontrado un par de sitios en Internet que tienen precisamente este objetivo:
miércoles, 13 de abril de 2011
UN NUEVO ESPACIO PARA LA CREACIÓN
No obstante, sin pretensión de discutir estas ventajas, no creo que la deslocalización y capacidad de almacenamiento sean las características más importantes que debieran de hacer al ebook más interesante que los libros impresos. Creo que es necesario un nuevo lenguaje y nuevas normas de interacción, para que el libro electrónico pueda adquirir un verdadero valor añadido. Ha de convertirse en un nuevo espacio para la creación, en una nueva forma de narrar historias y transmitir ideas, donde no sólo quepan las palabras, sino que imágenes y sonidos sean igualmente protagonistas. Se necesitan nuevos creadores y artistas capaces de expresarse correctamente y de cautivar a través de este espacio a nuevos lectores dispuestos a aprender el idioma.
Con todo ello, queda patente que el paso del libro secular al libro digital no supone simplemente un cambio de soporte, sino que implica la adopción de un nuevo lenguaje, completamente diferente del utilizado hasta ahora. Un lenguaje con el que no todos disfrutan por igual y que poco a poco se irá asentando y tomando forma.
martes, 12 de abril de 2011
LA OBSOLESCENCIA EN LA SOCIEDAD DE LA INNOVACIÓN
La sociedad de la innovación en la que nos encontramos, nos conduce así a una vertiginosa situación donde el consumo se convierte en motor principal del propio sistema en que vivimos. Un sistema económico que se alimenta en un 60% del consumo que generamos y en el que la tecnología constituye, en estos últimos tiempos, un porcentaje de lo más alto. Ya no es sólo que lo viejo haya dejado de gustar o funcionar, sino que ya no produce tantos ingresos como se deseara...Y al ciudadano cada vez le resulta más dificil escapar a este sistema de obsolescencia que le ha sido programado.
A pesar de esta mirada crítica hacia el sistema de mercado al que nos conduce la sociedad de la innovación, querría sacar a relucir la cara más esperanzadora de esta realidad de la que no tiene sentido alguno tratar de escapar. Nos encontramos en un momento en el que ya no nos conformamos con la certeza que nos ofrecía nuestro pasado y optamos por vivir en la incertidumbre que nos presenta el futuro a través de la innovación. Estamos dispuestos a correr riesgos, porque de alguna forma somos conscientes del sinfín de posibilidades que todas estas nuevas tecnologías nos brindan a cada paso. Y es que al fin y al cabo, la tecnología es un camino hacia el conocimiento, pues es cauce y punto de unión de infinitas ideas que bien pueden encaminarnos hacia el progreso, hacia ese futuro incierto del que no apartamos la vista…
lunes, 11 de abril de 2011
HACIA UNA CULTURA DE "CEROS Y UNOS"
Es difícil hablar de cultura digital, puesto que todavía nos encontramos en el comienzo de esta nueva etapa revolucionaria. A muchos les asusta tan sólo escuchar la palabra digital, y aún más si esta va asociada a la cultura. Es un miedo comprensible, teniendo en cuenta que el grado de alfabetización digital no es tan elevado como debería de serlo si de ello depende la democratización de la cultura. Este es probablemente el principal problema de que esta crisis o cambio se convierta en catástrofe para un sector importante de la población, que siente estar perdiendo lo que ya tenía consigo y ve inalcanzable lo que se le propone. Y en este punto es donde la educación debería de profundizar hasta lograr que todos nos sintiésemos seguros ante este nuevo mediador de nosotros con el mundo, que a su vez, es en sí mismo cultura.
Si la educación consiguiese hacer bien su papel, no habría nada que temer. La tecnología dejaría de ser una caja negra y se convertiría, en lo que ya es para algunos, un puente hacia la información y el conocimiento. Un camino hacia la transformación de la sociedad, con un lenguaje y unas normas renovadas…